El síndrome de las 1000 ideas

Ana Maria MacoveiEsta semana estaba pensando en mi siguiente entrada y tenía tantas ideas que no sabía por dónde empezar. Cada día me ponía a desarrollar una idea hasta tal punto de tener varios borradores pero nada concreto. Y me he dado cuenta que empiezo a sufrir el síndrome de las 1000 ideas. No os preocupéis, no es una nueva enfermedad. Es un “descubrimiento” después de trabajar algunos años en el mundo del comercio exterior. Este síndrome consiste en tener cada día una idea diferente e intentar ponerla en práctica, dejando al lado lo que empezaste ya. En el mundo de los negocios se ve mucho este síndrome.

El escritor italiano Alberto Moraiva decía “Las ideas tienen que ser recibidas como los huéspedes – con amistad, pero que no tiranicen a su anfitrión.” No voy a comentar estas palabras, creo que está bastante claro. Pero un pequeño cuento les dará más fuerzas.

Había un jefe al que cada día se le ocurría una idea para hacer crecer su negocio. Pero claro, el problema era como ponerlas en práctica. Y eso no era algo que a él le importara mucho. Para esto tenía empleados que vislumbraran la manera de llevarlo a cabo. La parte técnica del proceso o la realización del sueño u objetivo no era importante, ya que su mente era muy “creativa e innovadora”. Su fuente de información era la prensa generalista – el gran enemigo del departamento de exportación. Si salía alguna noticia sobre el aumento de las exportaciones a Rusia, había que empezar a exportar allí. Y si la semana siguiente subían las exportaciones a Dubái, había que ir también allí. Y todo esto sin estudios de mercado, sin una mínima investigación. Y el departamento de exportación iba de un país a otro, de un continente a otro como una gallina sin cabeza. Y los resultados, bueno…no habían muchos resultados para hablar de ello.

Creo que hace falta mencionar que no estoy en contra de tener muchas ideas. De hecho, las buenas ideas vienen después de tener muchas malas ideas. Pero cuando se tiene un negocio o se quiere empezar uno, no se puede poner en práctica cada idea. Cada día leemos la historia de alguien al que se le ha ocurrido algo y ahora es millonario. ¿Pero cuantas ideas han llegado a ser exitosas? Cuando hay en juego negocios no se puede actuar a la ligera, se tiene que pensar en frio, se tienen que analizar y filtrar. Si el negocio lleva años funcionando, la gran idea ya se ha tenido, sólo hacen falta pequeñas ideas para mejorar a la primera. Los americanos tienen una palabra muy bonita para definir este proceso: brainstorming. Tuve la oportunidad de trabajar en una de esas pocas empresas que realizan sesiones de brainstorming y no sólo era divertido, sino también productivo, ya que siempre se analizaban los pros y los contras y las ideas elegidas tenían la aceptación de los empleados. Y unos empleados escuchados son más felices y más productivos.

Yo todavía estoy esperando a tener LA IDEA, pero mientras tanto me gustaría saber las vuestras. Que tengáis un buen día y que las ideas no es den dolores de cabeza.