Para esta semana tenía planeado publicar otra cosa, pero algunos hechos de la semana pasada me hicieron escribir este post. Esta corta historia no tiene mucho que ver con el comercio exterior, pero estoy segura de que todos se sentirán un poco identificados, ya que se trata de los cambios.
La historia que os voy a contar seguro que os será muy familiar. Tengo un familiar que lleva unos 8 años trabajando en una empresa y las cosas no van como a él le gustaría. En pocas palabras: trabaja mucho, se esfuerza en dar más y más, pero no lo quieren promocionar porque “es muy bueno en lo que hace y no hay nadie que lo reemplace” (palabras de su jefa). Así que ha tomado la decisión de empezar a buscar en otros sitios y me ha pedido ayuda porque no tiene tiempo para ello. Mi tarea fue buscar empresas adecuadas a su perfil, hacerle el CV, la carta de motivación y hasta el texto para poner en el email. Lo hice todo en dos días (dedicación completa) porque se le notaba que estaba muy harto de la situación. Lo único que él tenía hacer era pulsar el botón de enviar del email. No tardó ni una semana en recibir respuestas y ya tenía dos empresas interesadas en hacerle una entrevista. Yo ya no podía ayudarle con nada, así que me retiré y esperé a que pasara un poco de tiempo para preguntarle sobre las entrevistas. La semana pasada lo llame para ver cómo iba y, para mi sorpresa, no había acudido a las entrevistas porque se iba a complicar demasiado, ya que tenía que hacer las entrevistas en su descanso o antes de entrar a trabajar. Por lo que la búsqueda de empleo la dejará para más adelante, ya que ahora no tiene tiempo para esto. Me quede sin palabras. Le desee suerte en su búsqueda y poco más.
Bueno, en ese momento me sentí un poco decepcionada, creo que había puesto yo más interés en esa búsqueda de empleo y estaba muy ilusionada con el desenlace. Pero ahora, pensándolo en frío, creo que este tipo de situación es bastante común. ¿Cuántos de vosotros no conocéis gente que se queja de su trabajo, de su situación personal, pero que no hace nada al respecto? ¿Tendrán miedo al cambio, se resignan o aceptan su situación? Pero claro, si están muy cerca de conseguir lo que buscan, ¿por qué renuncian? Según veo, todo se resume a la llamada “zona de confort”, es decir, todos tendemos a seguir con lo habitual, vivir donde nacimos o fuimos criados, porque el hecho de cambiar implica un estrés que no todo el mundo está dispuesto a asumir, aunque la recompensa sea grande. Señores, si la situación actual no les satisface, a mi modo de ver, es mejor cambiar, porque a la larga mantenerse en esa posición causa frustración y amargura, lo veo con bastante frecuencia en gente de mi entorno que no están contentos con sus vidas, por sus trabajos u otras circunstancias. Mi madre siempre me dice: el que no busca, no encuentra. Está claro que si no se empieza a buscar, nunca se va a encontrar. Y eso de tener suerte, sin hacer nada al respecto, lo veo más en las películas que en la vida real. Así que hay que vencer ese miedo y cambiar o por lo menos empezar a buscar ese cambio. Yo ya he empezado a hacerlo. ¿Y vosotros?
Buenas noches Ana,tienes razón en lo de “la zona cómoda”,la gente que he conocido en algunos de los trabajos que he tenido,son así. Se adaptan o se aclimatan a una rutina diaria y estado de confort que no se plantean ni tan siquiera un cambio en su trabajo,en su actividad,en su día a día.
Yo soy de las que pienso, que las personas como mejor trabajan es mostrando su verdadero yo,sin miedo y con las ideas claras,pero sobretodo con ilusión.
Es cierto que cuando llevas ocho años haciendo lo mismo,seguramente sientas cansancio y sensación de rutina,es ahí cuando vienen las dudas,si estas en el sitio adecuado,si tendrías que cambiar,si verdaderamente haces lo que te gusta y etc,etc,etc…
Desde mi puesto de desempleada, tengo que decir que no me canso y lo hago con ilusión, el buscar cosas nuevas,aprender lo que no se,leer a expertos que saben de ciertos temas,consultar ofertas de empleo que se adecuen a mi perfil,a veces también pienso que no soy demasiado buena para ese puesto y que nadie me llamara,pero otras veces pienso que nunca tenemos que dar la batalla por perdida,que un día llegara nuestra oportunidad, de mostrar todo lo mejor de nosotros mismos y hacer con ilusión, ese trabajo que algunos se cansan y otros no tenemos de que quejarnos porque no hemos tenido una oportunidad.
Con todo esto mi mensaje es: que el miedo no nos deja ver lo que tenemos delante y que somos nosotros los que nos llenamos de miedo,ya que el miedo es infinito, pero nuestra vida no,con lo cuál hay que avanzar y dejar los miedos atrás.
Hola Teresa,
Gracias por pasarte por aquí y dejar tu opinión. Creo que todos hemos conocidos personas que se han acomodado a una rutina diaria y creo que en algún momento nosotros también lo hemos hecho. Yo no me excluyo, estoy segura de que tuve mis momentos de “comodidad”.
Creo que la palabra clave es la “ilusión”, como bien dices. Si perdemos la ilusión, va a ser muy difícil hacer algo nuevo o por lo menos intentarlo. Me alegro de que no hayas perdido la esperanza, la ilusión y estoy seguro de que poco a poco vas a encontrar lo que buscas. Nos conocemos desde hace poco tiempo, menos de un año, pero he visto en ti una persona muy fuerte y sé que siguiendo el camino que has empezado al final todo va a salir bien. Y si necesitas amigos por este camino, ya sabes donde estoy y donde está el Burger King 🙂
Saludos
Totalmente de acuerdo, es el miedo a abandonar la zona de confort, amén de las situaciones personales, lo que convierte a las personas en Zombies laborales, una vez pierden la motivación y se ven estancados en su puesto de trabajo. En el mundo globalizado en el que vivimos la temporalidad laboral, en busca del puesto óptimo y la ambición profesional debe de ser considerado como algo normal. Un saludo.
Hola Hector,
Muchas gracias por el comentario, siempre da gusto saber lo que piensan los que leen el blog.
Tienes razón, el miedo al cambio nos convierten muchas veces en unos Zombies laborales (me encanta tu expresión). Ahora no sé si con la crisis este miedo ha crecido, la gente ya no se atreve a hacer cambios, se amoldan a lo que tienen, o este miedo existía desde siempre y tiene que ver con lo que muchos padres decían “búscate un trabajo para toda la vida”.
Saludos