Desde hace un par de meses estoy notando un incremento de visitas al blog y parece ser que la entrada que más éxito tiene es la de Como pasar de un nivel de inglés B1 a C1 en un año. Mi intención nunca ha sido hacer un blog de inglés o algo por estilo, pero parece ser que hay mucha más gente interesada en los idiomas que en el comercio exterior. Algo normal, no todos tenemos las mismas pasiones. Esto me hace pensar que hay cada vez más gente que se ha dado cuenta de la importancia del inglés y el post de hoy es para los que han cogido este largo camino.
Está claro que aprender un idioma no es algo de un día para otro y que hay que ser constante. Mi intención de hoy no es dar más clases de como aprender un idioma, sino contarles un poco mi aventura con el español. Ya no me acuerdo como aprendí francés e inglés, era pequeña, pero el español…es una continua aventura. A pesar de llevar casi 8 años en España, todavía hay palabras por descubrir y anécdotas por contar.
Para los que no lo saben, me vine a España, a Murcia, hace 8 años, con una beca Erasmus, con un nivel de español aceptable (intermedio-alto o B2). Antes de llegar a Murcia no me preocupaba por el idioma, consideraba que con mi nivel podía defenderme. Craso error: al llegar aquí, y así casi un mes, no me enteraba de nada. No tengo nada en contra del acento murciano, pero nadie me había advertido que aquí no se pronunciaba la -s final, la –d del participio (he comio en lugar de he comido). Así que, cada vez que preguntaba algo, me quedaba igual que antes de preguntar: sin saber nada. Y si pedía a alguien que me repitiera, hablaba igual, solo que más fuerte 🙂 A continuación os contaré algunas experiencias mías…que ahora son divertidas, pero yo sufrí…algo 😉
De compras
Cada viernes se organizaba un mercado al lado de mi casa y como soy una amante de las frutas y las verduras, no iba a dejar que pasara ese momento sin comprar algo. Después de varios intentos, me di cuenta de que no entendía nada cuando los vendedores me decían lo que tenía que pagar. Solución: ir con un fajo de billetes de 5 euros (no penséis en fajos de miles de euros, unos 5-6 billetes). Cada vez que compraba algo, pagaba con un billete. Un kilo de verdura y otro de fruta no iban a costar más de 5 euros, así que mi solución funcionaba.
Más problemas tenía luego en la pescadería, cuando me tocaba a mí, algunas veces casi pasaba mi turno porque no me escuchaban cuando decía que me tocaba. ¿Qué le vamos a hacer si no hablo tan fuerte? Y después de 8 años sigo con la misma voz…dejo a mi marido que grite.
Autoescuela
Cuando ya llevaba unos 3 años por estas tierras, decidí que era el tiempo de sacarme el carnet de conducir. Supuestamente ya entendía a todo el mundo, así que el idioma era uno de mis menores problemas…hasta meterme con el coche en las glorietas. Muchas veces mi profesor me decía “Ve más ligera”. En mi mente, la palabra ligero/a se asocia a algo suave, tranquilo, light. Si quiero comer algo ligero, no quiero comer algo pesado. Así que ir ligera para mí era ir más lento. Así que cada vez que mi profesor me decía lo de ir ligero, yo iba más lento todavía. Hasta que después de desesperarse unas cuantas veces, me preguntó que significaba para mí ligero. ¡Bingo! Hemos descubierto porque voy tan lento en las glorietas 🙂
Expresiones y palabras
- Ahora después. En Murcia se acostumbra mucho decir que algo se va a hacer ahora después. Que no es ahora, sino después. ¿Cuándo? Ni idea. Todavía me cuesta entender esta expresión. No sé si se trata de 5 minutos, de media hora. Pero sé que ya no me tengo que esperar que sea algo que se hace en el momento…como lo pensaba al principio y me cabreaba porque no se hacía.
- Cajón de sastre. Mucho tiempo (hablo de años) pensé que el cajón era desastre y no de sastre. Si para mí era lo mismo, un cajón donde se pone de todo.
- Jugar a cara de perro. Hace unos años tuvimos la visita de unos clientes marroquíes y mi jefe, aficionado al golf, igual que los clientes, les dijo que la próxima vez tendrían que jugar a cara de perro. Yo era la que hacía de traductor y en ese momento fui yo la que puso la cara de perro, no tenía ni idea de lo que había dicho. ¿Y hay que traducirlo? Tierra trágame. Bueno, al final, solo traduje lo de jugar, porque si lo hubiera traducido palabra por palabra, a saber lo que hubieran entendido.
- El GPS y sus misterios: la primera vez que active el GPS me dijo que cogiera el ramal. ¿Coger qué, rama qué? Al final llegue a mi destino, pero sin tomar en cuenta lo que decía el GPS 🙂
Y esta ha sido una parte de mi aventura española. Estoy segura de que habrán más palabras entendidas mal, pero ahora mismo mi memoria no da para tanto. Lo que quiero con esta entrada es dar ánimo a los que se han decidido a estudiar un idioma y a ver si os animáis a contar también vuestras pequeñas historias con los idiomas.
Felicidades Ana!! Si me vieras ahora mismo, me verías haciendo una reverencia con lo que acabo de leer. En menos de 1000 palabras acabas de hacer la mejor explicación de cómo realmente se habla un idioma.
Esto se lo pienso enseñar a muchos que tengo ahora en mente, muchísimas gracias por compartir esta enorme experiencia con todos nosotros.
Salu2
Buenos días Manuel,
Y gracias por el mensaje. Supongo que vivir en otro país es lo más adecuado para aprender un idioma. Y cuando digo vivir, pienso en integrarse plenamente,con las buenas y con las malas.
Soy consciente de que no todo el mundo tiene posibilidades para salir fuera para aprender inglés, francés u otro idioma, pero se me ocurren tantas cosas que se podrían hacer para mejorar el idioma como si estuvieras viviendo allí, fuera.
Un saludo
Hola Ana, efectivamente era a eso a lo que me estaba refiriendo, práctica e integración. Es la mejor fórmula.
Un saludo,
Ana Maria, fantastico tu post. Es una clase de diferencias culturales!!. Te felicito
Un cordial abrazo
Nicola
Buenas tardes y muchas gracias. Un saludo