Hoy me siento desmotivada. Acabo de hablar con un posible cliente y lo más probable es que no va a haber otra conversación…cada uno por su camino. Y todo esto después de 1 mes de “flirteo”. Y lo que más me duele es que se va por “nuestra” culpa…siempre le he respondido rápido pero a la hora de darle un precio, como tuve que pedirlo a un jefe, tardé 4 días. Supongo que para sentirme mejor podré decirme a mí misma que no ha sido mi culpa. Pero no me hace sentir mejor porque sé que al final la culpa sí va a ser mía, ya que yo soy el comercial y tengo que convencer a los clientes para que acepten… ¿Es esta manera de trabajar?
Sé que no soy la única que ha pasado por esta situación. Y en estos momentos la motivación se resiente. Supongo que es algo normal en cualquier trabajo, siempre hay altibajos. Pero lo más normal sería que esto pasará muy pocas veces. Trabajar en el mundo del comercio exterior puede ser apasionante, pero ya sabemos que pasa con las pasiones…poco a poco se apagan. Y he visto a muchos profesionales (y muy buenos) que dejaban (aparentemente) buenos trabajos porque ya no sentían esa pasión, la palabra motivación ya no existía en su vocabulario. Me hace gracia escuchar casi siempre en entrevistas que se busca gente apasionada por su trabajo. Creo que todos lo estamos, con lo cual me hace gracia esta afirmación por parte de los reclutadores. Y alguna vez pienso: Yo estoy motivada, pero ¿tú me vas a motivar más o voy a terminar quemada y desmotivada? No te pido que me prepares medallitas si hago bien mi trabajo, sólo te pido:
- Que intentes entender mi trabajo, lo que supone tratar con otras culturas y que no se negocia igual con todos. Que si uno tarda una semana en tomar una decisión otro puede tardar un mes.
- Que me apoyes. Si otros departamentos no quieren colaborar, no entienden porque un cliente pide un tipo de ficha o logística, no me dejes pelear con ellos hasta salir convencido de que es mejor que el cliente se adapte a nosotros que nosotros a él.
- Que me regañes cuando lo he hecho mal pero si lo hago bien también que me lo hagas saber. Quiero saber si se me valora, no me vale que me lo digas cuanto estoy a punto de irme a otra empresa. Si he tomado esta decisión, es porque siento que no puedo hacer más para tu empresa.
- Que si te pido que me autorices algún precio o descuento, lo hagas lo más rápido que puedas. No está en juego solo mi imagen como comercial, sino también la imagen de la empresa. Puede que yo mañana no esté trabajando aquí, pero el comprador se queda con el nombre de la empresa y no con el mío.
- Que si hago sugerencias, me escuches y te lo pienses. Si estas decidido en decir a todo NO, ya no voy a hacer más sugerencias y tampoco voy a estar tan motivado/a para mejorar las cosas…”¿pa qué?”
- Que si me pones objetivos, que sean realistas. No me pidas que el próximo año duplique las ventas porque quieres vender más. Me lo pides porque hemos analizado juntos la situación de los mercados y este objetivo es realista, se puede realizar.
- Si me pides hacer informes, por favor, léetelos. He dedicado tiempo y me duele ver que los informes acaban en un cajón sin que le hayas echado por lo menos un vistazo.
- Que no pienses que todos los trabajadores nos escaqueamos. Sí, sé que has tenido malas experiencias, pero dadnos una oportunidad para demostrar lo contrario. Si nos lo dices cada dos por tres, al final se va a cumplir tus expectativas.
- Que si estamos en Linkedin u otras redes profesionales, es porque las usamos para buscar clientes, no para buscarnos otro empleo.
Supongo que no es fácil motivar a los empleados, pero es más difícil hacerlo después de haberlos desmotivado. El triunfo no está en vencer siempre, sino en nunca desanimarse. (Napoleón Bonaparte)